sábado, 10 de diciembre de 2022

La alimentacion con insectos puede reducir el cambio climatico


Desde la antigüedad, el hombre ha comido insectos. De hecho, se estima que en todo el mundo, unas 2,000 especies de insectos son comestibles para los seres humanos. En muchas culturas, la alimentación con insectos es considerada normal y hasta deseable. Por ejemplo, en México se consumen chapulines (saltamontes), gusanos de maguey y escamoles (huevos de araña); en China, se comen saltamontes, larvas de polilla y grillos; mientras que en Kenia, las larvas de mosquito son una delicia.

 


La alimentación con insectos es una solución viable para reducir el cambio climático. A diferencia de los animales tradicionales, los insectos tienen una mayor eficiencia alimentaria y requieren menos recursos para prosperar. Esto significa que producir carne de insecto es mucho más ecológico que producir carne de vaca o de pollo.

 

La carne de insecto también es muy nutritiva y tiene un buen perfil de nutrientes. Es una fuente rica en proteínas, hierro, calcio y vitaminas B12. Todos estos nutrientes son esenciales para mantener una buena salud.

 



La alimentación con insectos es una forma sostenible y ecológicamente responsable de producir proteínas. Los insectos son una fuente de proteína de alta calidad y son muy eficientes en la conversión de alimentos en proteínas. Como resultado, la producción de insectos para la alimentación puede reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de carne.

 

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que más de dos mil millones de personas en todo el mundo comen insectos de forma regular. En Occidente, sin embargo, la idea de comer insectos sigue siendo algo asociado con la pobreza y el hambre, y con una serie de estereotipos negativos. Sin embargo, esto está cambiando poco a poco, y cada vez más personas están dispuestas a experimentar con este tipo de alimentación.

Desde hace unos años, el concepto de alimentación con insectos ha estado ganando terreno como una alternativa viable para hacer frente al cambio climático. Aunque el consumo de insectos es una practica común en muchas cultures alrededor del mundo, Westerners todavía se encuentran escépticos ante la idea de comer "bichos". Sin embargo, existen numerosas razones por las que la alimentación con insectos podría ser la solución ideal para el cambio climático. En primer lugar, los insectos son una fuente de proteína extremadamente eficiente.

 

 

 


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